La fotografía de paisajes es quizá el tipo de fotografía más practicado por los aficionados. Las razones son que no requiere un equipo complejo y que los temas los encontramos casi simplemente saliendo de casa. Quizá por eso abundan tanto las malas fotografías de paisajes. Es un tipo de fotografía al alcance de cualquiera con un teléfono móvil. Y tendemos a pensar que obtendremos fotos de paisajes hermosos sólo porque lo que se abre a nuestra vista nos parece maravilloso.
Pero la realidad es que nuestro cerebro es selectivo y reacciona y se concentra en detalles determinados aunque no seamos conscientes de ello. La cámara fotográfica no hace eso. Cuando vemos un paisaje para foto debemos reflexionar sobre qué hace especial y lindo y a ese paisaje y cuál es la mejor manera de mostrarlo e incluso realzarlo con nuestra cámara.
Los siguientes trucos y técnicas están destinadas a ello. A que agudices tu vista para sacar las mejores fotos de paisajes del mundo sea cual sea el lugar que visites.
Cuál es la mejor cámara para el fotógrafo de paisajes
Al contrario que otras disciplinas fotográficas, la fotografía de paisajes no requiere de complejos equipos fotográficos. Una sencilla cámara compacta o incluso el teléfono móvil pueden ser suficientes, siempre que tengan controles manuales, que seamos conscientes de sus limitaciones y de que si queremos lograr buena calidad es mejor recurrir al trípode que a subir la sensibilidad ISO.
Actualmente podemos encontrar en el mercado cámaras compactas con sensor de un pulgada y zoom óptico equivalente a 24-200, o incluso más que nos ofrecen en un sólo bloque las focales suficientes para afrontar este tema y proporcionan muy buena calidad. No obstante debemos meditar bien si es esa la cámara que va a cumplir todas nuestras expectativas fotográficas, pues sus precios pueden duplicar e incluso triplicar los de una réflex de gama baja y son menos versátiles.
Naturalmente, las reinas en cuanto a calidad y versatilidad son las cámaras de objetivos intercambiables, tanto réflex como sin espejo.Nos proporcionarán la mayor versatilidad. Por ejemplo, objetivos de focal fija si queremos la mejor calidad de imagen.
Muchas cámaras EVIL no disponen de visor. Siempre es mejor adquirir una con visor por dos razones principales: enfocar y componer con la cámara apoyada en la cara supone un plus de estabilidad para evitar que las imágenes salgan movidas y, a plena luz del sol, siempre se ve mejor por el visor que por la pantalla.
Cuál es el mejor objetivo para fotografías de paisajes naturales
Si vamos a hacer fotografía de paisajes naturales con una cámara de objetivos intercambiables, necesitaremos objetivos.
El objetivo estándar 24-70 o 28-80 y sus equivalentes en los distintos formatos puede considerarse el caballo de batalla para la fotografía de paisajes salvo preferencias personales de cada fotógrafo. Es el que acompaña a las cámaras de objetivos intercambiables en la mayoría de los kits, así que todo el que compra una cámara de este tipo probablemente está listo para empezar a fotografiar paisajes.
Este objetivo lo podemos acompañar de un telezoom corto de 70-200 ó 80-300 en formato completo o equivalentes que nos permitirá alcanzar rincones en la lejanía. A veces se venden las cámaras con kits compuestos por estos dos zooms y el conjunto no resulta excesivamente caro.
Existe la posibilidad de adquirir un zoom que nos permita tener todas estas focales en un solo objetivo, por ejemplo un 18-200 en APS-C, que equivaldría en formato completo a 28-300mm. Las grandes ventajas de estos objetivos son que no necesitamos cambiarlos con tanta frecuencia y que pesan y ocupan menos espacio que si lleváramos dos objetivos. El precio que hay que pagar por llevar un “todo en uno” es una merma de calidad con respecto a los zoom de menos aumentos.
Para expandir aún más la visión podemos adquirir un zoom angular 18-35 ó 16-28 en formato completo o similar en sus equivalentes en los distintos formatos. Este objetivo nos permitirá lograr perspectivas exageradas y muy atractivas si somos hábiles.
Existen otros objetivos más especializados. Los ojos de pez son objetivos ultra angulares con un ángulo de visión de 180º. Si se saben emplear permiten lograr imágenes impactantes.
En cualquier caso, esto no son más que ejemplos típicos. Cada fotógrafo tiene sus preferencias personales y hay muchos que prefieren usar objetivos de distancia focal fija, por ejemplo. A otros les puede gustar trabajar con una única distancia focal concreta. E incluso estas preferencias pueden variar con el tiempo al ritmo de la evolución del fotógrafo de paisajes.
Accesorios fotográficos para fotografía paisajística
Existen algunos accesorios fotográficos que te permitirán mejorar tus fotografías paisajísticas
Los filtros para fotos de paisajes
Con la llegada de la fotografía digital, muchos de los filtros creativos utilizados en la fotografía química han quedado en desuso al poder imitarse su efecto con facilidad con la ayuda de un programa de retoque fotográfico.
No obstante, existen dos tipos de filtros que aún se siguen empleando mucho en la fotografía en general y en la de paisajes en particular. Uno de ellos es el filtro polarizador, que satura los colores y elimina los reflejos provocados por la luz polarizada.
Otros son los filtros de la marca Cokin, tanto neutros, que permiten reducir la luminosidad de la escena si necesitamos una velocidad de obturación mayor, como los degradados neutros o de colores, normalmente empleados para reducir la luminosidad del cielo o para colorearlo.
El trípode es esencial en algunas fotos de paisajes
Cuando realizamos fotografía de paisajes con las primeras o las últimas horas del día puede ser muy útil un trípode para disparar a ISOs bajos y obtener la mayor calidad de imagen posible. Esto es especialmente importante en el caso de las compactas con sensores pequeños, en las cuales normalmente a partir de 400 ISO comienza a ser muy visible el ruido electrónico.
Si vamos a fotografiar con velocidades lentas de obturación, algo frecuente si fotografiamos agua en movimiento, el trípode se vuelve imprescindible para evitar que las imágenes salgan movidas.
El cable disparador
Siembre debe ser el compañero inseparable del trípode. Evitará que provoquemos vibraciones innecesarias al accionar el disparador. En las cámaras más modernas, que disponen de wifi, podemos emplear la aplicación del teléfono móvil para disparar remotamente.
La brújula
Una brújula es una herramienta muy útil para el fotógrafo paisajista, ya que le permite saber por donde sale y se pone el sol, y conocer de esa manera a qué hora del día tendrá la iluminación más adecuada.
La mochila fotográfica
Con frecuencia, el fotógrafo paisajista tendrá que desplazarse largas distancias en busca de los motivos que desea inmortalizar. Se hace necesario entonces transportar el equipo con él. La mochila que elijamos dependerá del tamaño y volumen de nuestro equipo, pero, en cualquier caso, debemos escoger una que nos permita llevar nuestro trípode cómodamente.
Es muy importante buscar el mejor punto de vista para hacer fotos de paisajes hermosos
Todos nos hemos encontrado en más de una ocasión con algún paisaje impresionante que hemos querido fotografiar. Sucede con frecuencia que al ver la foto el resultado es frustrante, pues no hace justicia a lo que nosotros recordábamos.
Es un error muy común pensar que ante un paisaje que nos motiva sólo tenemos que apuntar y disparar. Pero si queremos sacar buenas fotos de paisajes debemos analizarlos desde el punto de vista de una imagen fotográfica, la cual es mucho más limitada que todos nuestros sentidos trabajando en conjunto para proporcionarnos las sensaciones que nos produce el paisaje.
Analiza el paisaje que estás viendo antes de hacer las fotografías
Al analizar el paisaje buscaremos qué es lo que lo hace tan bonito. Una vista panorámica desde un punto elevado puede proporcionar una instantánea interesante, pero en muchas ocasiones es mejor detenerse en el elemento que define la esencia de ese paisaje. Puede ser la forma de unas rocas, el color del follaje, la textura. También puede que no se trate de algo permanente, sino de algo fugaz, como el color que adquiere con la luz del atardecer o la atmósfera que proporciona la niebla; o se trate de su inmensidad o su profundidad.
Busca las mejores vistas y posiciones antes de fotografiar el paisaje
Una vez seleccionado el motivo, debemos decidir desde qué ángulo y con qué longitud focal quedará mejor y componer la imagen para que resulte más atractiva. Si el motivo lo permite, nos moveremos a su alrededor y nos situaremos a diferentes distancias observándolo a través del visor de la cámara a la vez que accionamos el anillo del zoom para analizarlo desde las diferentes focales de que dispongamos.
Aprende a seleccionar y eliminar elementos del paisaje
No debemos olvidar que cuantos más elementos incluyamos en la imagen más difícil será de componer y el exceso de elementos la mayoría de las veces sólo sirve para distraer la atención del motivo principal y estropear una fotorafía.
Sacar fotos con las cámaras digitales no cuesta dinero, así que no nos limitemos a una única instantánea y probemos y experimentemos todas las posibilidades de un paisaje. Practicar es la mejor manera de aprender.
Elegir el momento adecuado puede convertir un lugar sin interés en una foto preciosa de paisaje
La fotografía de paisajes no es sólo llegar, asombrarse, componer, disparar y marcharse. Lograr una buena instantánea es un proceso que puede llevar muchos días o semanas, hasta que la madre naturaleza nos proporciona la iluminación o la atmósfera que deseamos.
En muchas ocasiones podemos descubrir paisajes interesantes en un momento que no es el más adecuado para fotografiarlos, o para lograr la linda fotografía de paisaje que hemos recreado en nuestra mente.
Por ejemplo, en el caso de un motivo con colores vivos en un día nublado, los colores aparecerán más apagados que si los ilumina la luz del sol. En estas situaciones es muy útil disponer de una brújula para saber con precisión cual es el recorrido que hará el sol por el horizonte y decidir así en que momento del día tendremos la luz más adecuada.
En otras muchas ocasiones, el momento es fugaz. Hay que ser hábil para prever cuando pueden darse estas situaciones y anticiparse a ellas. Y también tener un poco de suerte, como en el caso de un rayo de sol que ilumina brevemente el motivo contra un cielo tormentoso o un rayo de una tormenta eléctrica atravesando el cielo.
Madrugar siempre es una buena idea. La neblina de la mañana, la luz rasante de sol bajo, la calidez de los primeras luces, el despertar del día ofrecen paisajes imágenes y ambientes que duran muy poco. Hay que saber estar allí antes de que ocurran, a veces con tiempo frío y húmedo, o lo más probable es que nos los perdamos. Pero nada nos garantiza el éxito a la primera. Probablemente denamos volver varias veces hasta que vuelva a recrearse el paisaje que quizá vimos una vez de casualidad, o que nuestra experiencia nos dice que antes o después sucederá.
Cómo influye la hora del día para obtener fotos de paisajes lindos
La hora del día a la que tomemos una fotografía en el exterior va a determinar el aspecto y la atmósfera de la imagen. Este es un aspecto muy importante de la fotografía que debe dominar el fotógrafo de paisajes para ser capaz de prever en qué momento será más impactante una instantánea.
El amanecer y el atardecer son los dos momentos preferidos por los fotógrafos paisajistas. La luz oblicua realza los contornos y las texturas y produce sombras alargadas. Su tono cálido resulta muy atractivo robre las rocas, la tierra o las hojas otoñales. La luz cambia con gran rapidez modificando el paisaje lo que nos da pie a sacar instantáneas diferentes de un mismo motivo en un corto lapso de tiempo.
Este periodo dura unos veinte minutos tanto desde la salida del sol como antes de que se ponga, por lo cual conviene tener claro de antemano qué queremos fotografiar. Si queremos fotografiar un paisaje normalmente concurrido, pero sin personas, lo mejor es fotografiarlo al amanecer.
Durante el alba y el crepúsculo, es decir, los minutos anteriores a la salida y posteriores a la puesta del sol, la luz es suave, sin grandes contrastes, y de tonalidad fría. Los colores son apagados y de tonos pastel y proporcionan fotografías evocadoras.
Durante el mediodía el sol está en lo más alto, la luz es intensa y dura, provocando sombras muy profundas que en las fotos salen completamente negras. Los colores se muestran muy saturados y con fuertes contrastes. Muchos fotógrafos guardan la cámara en este momento, pero también se pueden buscar motivos a los cuales beneficie este tipo de luz y emplear filtros polarizadores para potenciar la saturación del color. Normalmente suele ser mejor tener el sol de espaldas.
Cómo hacer fotos en paisajes a contraluz
Fotografiar paisajes a contraluz significa fotografiar con la fuente de luz de frente. Esto suele dar como resultado paisajes con siluetas oscuras en primer término que proporcionan un fuerte impacto visual.
En el caso de que queramos conservar detalle en el motivo silueteado podemos ayudarnos de un destello del flash portátil si aquel está lo suficientemente próximo. Otra opción es utilizar un filtro degradado que oscurezca el cielo unos pasos de diafragma ayudando así a aclarar la imagen por debajo del horizonte.
Si la luz del sol es muy intensa y provoca la aparición de destellos internos en las lentes del objetivo podemos colocarnos de forma que quede total o parcialmente oculto por una rama, unas rocas, etc.
Cuando fotografiamos paisajes a contraluz, el fotómetro de la cámara tiende a subexponer la imagen, lo que contribuye oscurecer y siluetear el motivo en primer término y a saturar los colores. Pero en determinadas situaciones puede que nos interese que el motivo principal conserve algo de detalle, como en el caso de los pétalos traslúcidos de las flores o las uvas de la imagen, con lo cual deberemos hacer varias tomas variando la exposición para elegir la mejor o bien usar la medición puntual sobre el elemento de la imagen que nos interese.
Las modernas cámaras sin espejo y las réflex con visión en vivo nos permitirán ver como varía el resultado al cambiar la exposición y nos ahorraremos las pruebas.
Aprovecha los marcos naturales para hacer fotografías de paisajes bonitas
Un truco muy común y eficaz de composición es enmarcar el motivo. En ocasiones, simplemente desplazándonos unos metros podemos utilizar unas ramas, unas rocas u otra formación natural como marco, lo cual añadirá interés a nuestra foto paisajística.
A no ser que nos encontremos en un lugar llano y sin arbolado, casi siempre es posible encontrar un marco natural si nos detenemos a observar.
Los marcos también pueden servir para ocultar elementos sin interés o que afearían la foto, como un cielo blanco o un coche aparcado.
Cómo hacer fotos de paisajes de invierno y fotos de paisajes nevados
La nieve es el regalo más grato del invierno (con permiso de los frioleros y de quienes la sufren durante varios meses al año seguidos), cubre los paisajes invernales con su abrazo blanco y lo transforma en un paraíso virgen.
Pero incluso aunque no nieve, una fuerte helada viste los paisajes de cristales de hielo blanco recortados contra el cielo azul proporcionando imágenes espectaculares.
Al fotografiar paisajes nevados o con hielo hay que ser cuidadoso con la exposición, pues el resplandor de la nieve suele inducir a error al fotómetro. Los paisajes nevados engañan al fotómetro, que tiende a subexponer las fotografías. El resultado son fotos con la nieve de un tono grisáceo.
Normalmente, y dependiendo de la luminosidad del día, y del motivo, hay que disparar entre uno y dos pasos por encima de lo indicado por el fotómetro. Si nuestra cámara no tiene visión en vivo, podemos hacer varias pruebas y comprobar por medio del histograma cual es la más adecuada. Si disponemos de una cámara EVIL o una cámara réflex con visión visión en la pantalla que nos permita ver el histograma en vivo nos resultará mucho más sencillo compensar la exposición correctamente, ya que podemos ver las variaciones de luminosidad antes de disparar.
Dado el aspecto uniforme de la nieve, es mejor disparar con el sol de lado o a contraluz para evitar que la imagen parezca plana. La nieve refleja la luz del cielo, por lo cual, si madrugamos o esperamos al atardecer podemos obtener coloridos impactantes.
Cómo hacer fotografías paisajísticas de ríos y lagos
Las aguas interiores, bien sean cursos fluviales o aguas estancadas como lagos y lagunas, ofrecen interesantes motivos con los que experimentar y hacer fotografías de paisajes.
En el caso de los arroyos y ríos de curso rápido podemos jugar con la velocidad de obturación. Una velocidad de 1/500 o mayor congelará el agua dándole un aspecto poco natural.
Una velocidad en torno a 1/125 proporcionará un aspecto más parecido a lo que ve el ojo humano.
Si empleamos velocidades de 1 o más segundos obtendremos un aspecto algodonoso muy atractivo.
Para poder usar velocidades de obturación tan lentas es necesario que haya poca luz o de lo contrario deberemos emplear un filtro de densidad neutra que nos permita reducir en varios pasos la velocidad de obturación. Además, deberemos usar un trípode.
En el caso de los paisajes con aguas estancadas o de curso muy lento, las imágenes más atractivas suelen obtenerse aprovechando los reflejos que las montañas y del cielo proyectan sobre el agua cuando esta se encuentra en calma.
Fotografías de paisajes marinos
Los paisajes marinos son un motivo profundamente cambiante, no sólo en función de la luz y la hora del día, también la climatología puede mostrarnos un mar en calma como un espejo que proporcione reflejos interesantes, y al día siguiente, en el mismo lugar, un mar embravecido que se estrella violentamente contra las rocas.
Un trípode es necesario si queremos aprovechar las primeras y las últimas luces del día, obtener una gran profundidad de campo o emplear velocidades de obturación muy lentas.
Un filtro degradado también es muy útil para igualar la luminosidad entre el cielo y la tierra. Así evitaremos tener cielos quemados y exponemos al agua o agua oscura si exponemos al cielo cuando hay fuertes contrastes.
Un filtro polarizador saturará los colores, eliminará reflejos del agua y la volverá transparente realzando su color.
Los motivos son infinitos, y dependerán de nuestro ojo fotográfico. Por ejemplo, con la marea baja podemos aprovechar los reflejos que se producen en los charcos y la arena húmeda, pero es muy fácil que pasen desapercibidos si vamos concentrados en el fuerte oleaje.
El mar es un elemento plano y, en muchas ocasiones, uniforme. Al fotografiar paisajes marinos en los que domine la visión del mar es mejor incluir en primer término algún elemento que proporcione profundidad a la imagen o bien que sirva de referencia para dar idea del tamaño y la inmensidad del paisaje.
Si fotografiamos el oleaje debemos jugar con diferentes velocidades de obturación. Las velocidades entre 1/15 y 1/2 proporcionan un efecto de barrido y movimiento. Si exponemos durante varios segundos lograremos un efecto de neblina. Velocidades rápidas, de 1/500 o más, congelarán las olas.
Fotografía paisajística de árboles y bosques
Los árboles solitarios son un motivo recurrente en la fotografía de paisajes, tanto si son grandes y vigorosos como si muestran los estragos del paso del tiempo.
Para fotografiarlos lo más adecuado es buscar cuidadosamente una composición sencilla que nos permita aislarlo del entorno. Esto suele ser fácil en zonas montañosas o áridas. Si no es así, podemos intentar un punto de vista bajo para recortar el árbol contra el cielo o realizar un contraluz para obtener su silueta. También la niebla y la bruma de primera hora de la mañana ayudarán a lograr un fondo liso.
Por su parte, los bosques requieren técnicas compositivas distintas. Intentar abarcar todo el bosque en una imagen suele dar como resultado imágenes enmarañadas y de poco atractivo. Lo mejor es concentrarse en un aspecto y utilizarlo como tema principal de la composición.
No debe importarnos que los árboles aparezcan recortados. Si componemos bien, la vista parcial de éstos dará fuerza a la imagen.
Podemos variar el punto de vista enfocando desde el suelo o hacia las copas de los árboles. Con frecuencia, los caminos, muros, y otros accidentes del paisaje pueden ayudarnos a ordenar la composición.
Como en cualquier otra disciplina fotográfica, en la fotografía de bosques la luz es muy importante. El interior de los bosques en las horas centrales del día puede estar sembrado de manchas de luz que proporcionan un contraste excesivamente fuerte y aparecen quemadas, por lo que es mejor escoger días o momentos del día que nos proporcionen una iluminación más suave.
Fotografías del cielo
Con frecuencia los cielos forman una parte importante de las fotos de paisajes contribuyendo a dar sensación de amplitud.
Pero en ocasiones el cielo puede transformarse en el motivo principal de la imagen. La forma de las nubes, los rayos de sol que se filtran entre éstas, los colores que adquiere a primera o a última hora del día o tras una tormenta pueden dar suficiente fuerza a la foto del cielo para que ocupe la mayoría o la totalidad del encuadre.
Si el cielo es muy luminoso, la tierra aparecerá silueteada y oscura. En caso que de ésta posea un color que contraste y de fuerza al del cielo, podemos emplear un filtro degradado que reste luminosidad al cielo y permita igualar las dos tonalidades.
Los filtros polarizadores también permiten oscurecer y saturar el color en las fotografías del cielo, pero si este es muy pálido funcionará mejor un filtro degradado.
Cómo usar bien el filtro polarizador para mejorar tus fotografías de paisajes
El filtro polarizador sigue siendo imprescindible en la fotografía digital de paisajes. Estas son sus ventajas:
- Reduce la luz dispersa, reflejada por la vegetación y otros objetos
- Aumenta la saturación de los colores.
- Elimina los reflejos no metálicos, por la cual es muy útil para fotografiar paisajes en los que haya agua.
- Oscurece el cielo, pero hay que ser cuidadosos, pues puede oscurecerse en exceso y dar una apariencia poco natural.
El mejor resultado se obtiene cuando nos situamos en un ángulo de 90º con respecto a la fuente de luz. Es decir, con el sol de espaldas o de frente no notaremos los efectos del filtro. Para comprobar su efecto lo enroscaremos en la parte frontal del objetivo y lo giraremos hasta obtener el resultado óptimo. Observaremos como el cielo va oscureciéndose y los reflejos desaparecen.
Los filtros polarizadores pueden hacernos perder hasta dos pasos de diafragma, hay que tenerlo en cuenta en condiciones de luz escasa para que no nos salga la foto movida.
Existen dos tipos de filtros polarizadores: los lineales y los circulares. Para nuestra cámara autofoco escogeremos un filtro circular, ya que los lineales pueden producir errores de enfoque.
Cómo usar los filtros degradados para obtener fotografías de paisajes más lindas
Los filtros degradados neutros (GND) permiten equilibrar la luz del cielo con la del primer término.
Cuando la diferencia de luz entre el cielo y la tierra es muy grande obtenemos imágenes con el cielo pálido o blanco si exponemos para la tierra, o bien con la tierra oscura si exponemos para el cielo. Una exposición equilibrada para los dos tampoco da buenos resultados. Los filtros degradados neutros solucionan este problema al oscurecer solamente la parte más luminosa de la imagen.
Son una pieza de cristal o resina de forma cuadrada o rectangular que está teñida de gris neutro en una de sus mitades. Este gris se va haciendo más pálido hacia el centro hasta volverse transparente. Pueden sujetarse al objetivo mediante un soporte formado por dos piezas o bien con la mano, en cuyo caso debemos asegurarnos de tenerlo pegado al objetivo para evitar reflejos. Visitar la web de Cokin.
Los mejores resultados se obtienen cuando la transición entre el horizonte es recta. En caso de ser accidentada, algunas zonas pueden salir oscuras. Esto puede reducirse moviendo el filtro durante la exposición.