El puenting consiste en lanzarse al vacío desde generalmente un puente u otro tipo de plataforma suspendida a varias docenas de metros. El practicante lleva un arnés enganchado a uno de los extremos de unas gomas elásticas. El otro extremo está bien sujeto en el puente.
El origen del puenting hay que buscarlo en la aldea de Bunlap, en la República de Banuatu, un archipiélago del Pacífico Sur. Allí, para convertirse en hombres, los jóvenes saltan desde una alta torre de madera sujetos a ésta por lianas atadas a los tobillos. Los primeros saltos en Europa se realizaron en la década de los 70 del siglo XX, pero es a partir de los años 80 cuando el deporte comienza a popularizarse.
Para practicar el Puentig con seguridad, lo mejor es acudir a una empresa de deportes de aventura que lo ofrezca entre sus servicios. No es necesaria una técnica especial ni unas grandes dotes físicas, aunque sí es necesario tener un corazón sano y valor para enfrentarse al vacío, superar el miedo y lanzarse. El que consigue superar ese miedo y se lanza siempre quiere repetir la experiencia.
El equipo para practicar el puenting: arneses, cuerdas, mosquetones, etc., corre a cargo de la empresa. Ellos también se encargan de que esté en perfecto estado, algo esencial para garantizar la seguridad del practicante.