Cómo ya sabrás si has leído nuestro artículo dedicado a los tipos de mochila, la oferta es muy abundante y variada, tanto que incluso marea. Así que elegir una mochila de montaña puede parecer algo abrumador. Pero tranquilo, en realidad no lo es. Sigue nuestros consejos y será algo sencillo y gratificante.
Qué debes tener en cuenta antes de elegir tu mochila
Las mochilas están diseñadas para transportar cargas cómodamente, y sus adaptaciones varían en función de su volumen. No requiere el mismo acolchado en la espalda una mochila de 30 litros que una de 60 litros, por ejemplo.
Por otra parte, si bien puedes encontrar mochilas bastante polivalentes, también hay modelos diseñados y optimizados para la práctica de actividades y deportes muy concretos: barranquismo, trail running, alpinismo, esquí, etc.
Primer paso: Decidir para qué quieres la mochila.
Esto es lo primero que debes tener claro. Puesto que las tecnologías, los materiales y los diseños de las mochilas actuales están tan optimizados, aprovechémonos de ello ya que eso redundará en nuestra seguridad, comodidad y disfrute.
Además, no vas a necesitar la misma mochila para una ruta de senderismo de una tarde que para un trekking de una semana o para una ascensión alpina o para descender un barranco. Si tienes dudas a este respecto lee nuestro artículo dedicado a los tipos de mochilas y sus partes.
Segundo paso: ¿Cuánto tiempo va a durar tu actividad?
Esto también es muy importante, ya que no es lo mismo realizar una salida de un día que de una semana. Obviamente, la cantidad y el tipo de equipamiento va a variar de forma considerable.
Tercer paso: ¿Qué material necesitas para tu aventura?
Ahora que ya sabes qué quieres hacer y durante cuánto tiempo, es el momento de decidir qué material vas a llevar. En general, no es bueno sobrecargarse de cosas innecesarias que solo incrementan el peso de nuestro equipo y que no usaremos, pero es un error mayor dejar fuera de nuestro equipo elementos importantes sólo para ir más ligeros.
Cuarto paso: Elegir la mochila más adecuada para nuestra actividad y del tamaño que nos permita llevar nuestro equipo.
Ya tenemos claro todo lo que debemos saber antes de elegir nuestra mochila. Es el momento de elegir una que se adapte a nuestra actividad y que tenga el tamaño adecuado para almacenar nuestro equipo. El tamaño o volumen de carga de una mochila se mide en litros.
Si tienes dudas con respecto al volumen de la mochila que necesitas, piensa que puedes calcular el volumen de tu equipo igual que el volumen de una mochila.
El volumen de una mochila se mide en litros; 1 litro = 1 dm3 (decímetro cúbico) y 1dm = 10 centímetros. Es decir, una caja de 10 cm de ancho x 10 cm de alto x 10 cm de profundidad tendrá un volumen de 1 litro.
De este modo, si, por ejemplo, haces un montón lo más compacto y regular posible con tu ropa, mides en centímetros el ancho, largo y profundidad que ocupa y divides el resultado entre 10 obtendrás el volumen aproximado en litros que ocupa. En este caso, también es importante tener en cuenta que la ropa puede comprimirse para ocupar menos espacio.
7 claves que debes tener en cuenta cuando te pruebes tu mochila de montaña y trekking
Esta información es particularmente importante cuando necesites una mochila de gran carga destinada a aventuras de varios días de duración.
Ergonomía
Pruébate la mochila antes de comprarla y no te dejes llevar sólo por lo bonita que te parezca. La mochila debe acoplarse a nuestra constitución física, así que fíjate cómo se adapta a tu espalda, tus hombros y tus caderas.
Volumen externo
El diseño de la mochila también afectará a la ergonomía, la distribución del peso y la comodidad durante la marcha. En general, es bueno escoger una mochila más estrecha que nuestros hombros y cuya altura no sobrepase nuestra cabeza.
Ajuste de la espalda
Debes ajustar atentamente la mochila a tu espalda; si es necesario, con ayuda de alguien. Es fácil que un mal ajuste sobrecargue tus hombros, limite tu movilidad y te provoque molestias. La cruz formada por el inicio de los tirantes de la mochila debe coincidir entre los omoplatos.
Ajustes de la mochila
Las mochilas más capaces cuentan con varias regulaciones en espalda, hombros y cintura que pueden ser modificadas en función de la carga, el terreno y la ropa que llevemos cada vez que la usemos.
Cintas de compresión lateral
Las cintas de compresión lateral permiten acomodar el tamaño de la mochila a la cantidad de carga en cada una de nuestras salidas. De este modo, llevaremos nuestro equipo pegado a la espalda, permitiendo que hombros y espalda no se carguen más de los necesario.
Riñonera
Transfiere el peso de la mochila a la cadera liberando los hombros y la espalda. Debe ser sólida y bien acolchada.
Estabilizadores
Estas cintas permiten estabilizar la mochila en el tronco aliviando la carga sobre los hombros. Pueden estar en la parte superior de las hombreras (para mantener la mochila bien pegada a la espalda) o en los laterales (para impedir movimientos laterales de la mochila).