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Cómo organizar bien y cargar una mochila

Quizás te ha pasado, o te está pasando en este preciso momento, que una vez que has decidido lo que llevarás en esa gran aventura que has planeado, lo tienes todo encima de la mesa o de la cama, te rascas la cabeza y te preguntas “¿y ahora cómo demonios lo ordeno todo dentro de mi mochila?” 

No te preocupes. Es muy común, no tiene importancia y nos pasa a todos al principio 😉. Pero, como ya sabes, aquí estamos para ayudarte.

Cómo cargar una mochila de montaña

Procura que tu mochila sea lo más ligera posible

Cuando somos principiantes, tendemos a cargarnos con un montón de artículos que estamos convencidos de que vamos a necesitar y la mayoría de esas cosas nunca llegamos a usarlas. A veces lo llevamos por si… Y empezamos a acumular un “por si” tras otro cuando la realidad es que no tendremos tiempo para todas esas actividades.

Si tienes claros tus planes será más fácil elegir tu equipo

Si has invertido tiempo  en hacer una buena planificación de tu ruta o viaje, tendrás más claro lo que necesitas llevar. Aún así, es posible que necesites hacer un esfuerzo para dejar cosas que sientes que necesitas aunque en el fondo sepas que no es así

Conozco a una persona que se llevaba 7 pantalones para un viaje de 7 días. Eso es una exageración. Yo nunca llevaría más de tres pantalones en ningún viaje. Incluso aunque durara meses. Buscaría la forma de lavarlos (en lavanderías) o de que me los lavaran (en el hotel).

Haz una lista de lo que vas a necesitar

Una vez que tienes claros tus planes, prepara una lista estricta de lo que vas a necesitar y cíñete escrupulosamente a ella. Puede resultar más fácil si la divides en apartados: “ropa, aseo, comida, campamento, fotografía, mapas y guías…”. 

Adecúa el tamaño de tu mochila al volumen de tu equipo o equipaje

Otro error muy común es usar una mochila más grande de lo que necesitas en realidad. Cuando la tenemos cargada y vemos que aún nos queda espacio tendemos a rellenar los huecos con otras cosas que de repente nos parecen interesantes y al final vamos más cargados de lo necesario.

¿Cuál es el peso máximo que puedes llevar en tu mochila?

Si vas a llevar tu equipo a la espalda durante largas jornadas, es importante que el peso de tu mochila nunca supere el 25% de tu peso. Esto es muy fácil de calcular con una sencilla regla de tres: (25 x tu peso)/100. Por ejemplo, yo peso 70 kilos, así que mi mochila nunca debería superar los 15 kg. 

Ten en cuenta que, cuanto más ligero vayas, menos energía consumirás y menos forzarás tu espalda y tus articulaciones. De modo que si puedes reducir ese peso será mucho mejor. 

cual es el peso máximo que puedes cargar en una mochila

En una salida de varios días es difícil bajar de los 10 kilos de peso. Mi mochila de 72 horas y de entrenamiento de supervivencia pesa unos 10 kg. Y esto incluye 2 litros de agua  y alimentos para ir en solitario. A veces, cuando se va en grupo, hay partes del equipo que se pueden repartir, como la tienda de campaña. Una mochila de 10 kg supone el 15% para una persona de 70kg. Si pesas menos, lo ideal sería que intentaras reducir el peso de tu mochila. 

En el caso de personas jóvenes, que aún se están desarrollando, lo ideal sería que su mochila no superara el 10% de su peso.

Cómo reducir el peso de tu mochila

No existen fórmulas mágicas. Eso sólo puede hacerse de dos formas:

Reduciendo el equipaje: Te animo a experimentar, tómatelo como un juego. Analiza de cuantas cosas podrías prescindir. Descubrirás que, a pesar de que la sociedad de consumo nos tiene muy mal acostumbrados, el ser humano necesita muy pocas cosas para vivir.

Usando un equipo ultraligero: La tecnología y los modernos materiales permiten fabricar material de montaña con un peso sorprendentemente bajo. Suele ser algo más caro, pero si te lo puedes permitir, la salud de tu espalda y de tus articulaciones te lo agradecerá.

Cómo colocar las cosas en tu mochila de senderismo 

Existen algunos detalles importantes a la hora de cargar el equipo dentro de nuestra mochila:

La espalda y la zona lumbar es el punto de contacto de la mochila con nuestro cuerpo, así que debemos cuidar de que en esa zona no haya objetos con aristas  que se claven hacia nosotros. Y esto debemos tenerlo en cuenta incluso aunque nos parezca que nuestra mochila tiene un magnífico acolchado en la espalda. Los  acolchados también se pueden deteriorar a causa del mal uso continuado.

El peso de la mochila debe ir bien equilibrado a derecha e izquierda, de forma que no se desequilibre en nuestra espalda haciendo que la mochila se tuerza.

como meter las cosas en tu mochila

Piensa en qué vas a necesitar primero o con más frecuencia. Estos elementos de tu equipo deben ir en bolsillos exteriores o cerca de las aberturas principales. Sería un error absurdo tener que vaciar toda la mochila para coger la cantimplora.

En una mochila bien equilibrada, el 80% de peso descansará sobre tus caderas, mientras que el 20% restante del peso lo hará sobre tus hombros. De este modo liberarás del peso a tus hombros y espalda para que lo soporten tus piernas, que están mejor preparadas para ello.

Cómo cargar y distribuir el peso en una mochila de montaña o trekking

como organizar una mochila para viajar

La premisa principal que debes tener en cuenta a la hora de cargar y ordenar tu equipo en la mochila es que el centro de gravedad de la mochila debe ir lo más cerca posible de tu cuerpo. Esto se consigue colocando los artículos más pesados pegados a tu espalda.

Una manera sencilla de hacer esto es colocar la mochila en una mesa apoyada sobre el espaldar y llenarla de este modo. En la parte de abajo, la zona lumbrar, pondremos equipaje ligero o de poca densidad, como el saco de dormir

A continuación colocaremos los elementos más pesados pegados a la zona de la espalda, como la tienda de campaña, el hornillo, etc. Si, como yo, llevas una reserva de agua además de la cantimplora que llevas en un lugar de fácil acceso, este es un buen lugar para ponerla.

El espacio de alrededor lo cubriremos con elementos menos pesados por unidad de volumen, como unas zapatillas, chubasquero, prendas de abrigo, etc.

En los bolsillos exteriores guardaremos los objetos pequeños, botiquín, o los elementos que podamos necesitar con más frecuencia. Por ejemplo, si amenaza lluvia, es buena idea llevar el chubasquero en uno de estos bolsillos.

Cómo llevar el saco y la esterilla en la mochila

Lo más habitual es colocar el saco de dormir en la parte inferior de la mochila. Algunos modelos de mochila tienen una cremallera de acceso a esta zona, de modo que no necesitaremos quitar todo el equipo para acceder al saco cuando llegue la noche.

Si tienes problemas de espacio en tu mochila, puedes utilizar una bolsa de compresión para reducir el volumen de tu saco. Estas bolsas tienen cintas ajustables que permiten comprimir el saco. Muchos modelos de saco ya las traen. Si el tuyo no la tiene, puedes comprarla por separado.

Algunas personas no guardan en saco en su funda, sino que lo introducen en la mochila rellenando los huecos que va dejando el equipaje. De este modo, el equipaje queda muy bien compactado y no se mueve nada.

En caso de que tu saco no quepa dentro, puedes acoplarlo fuera de la mochila aprovechando las cintas de compresión de esta. En estos casos, el saco suele ponerse en la parte inferior o en la superior. Debes asegurarte de que lo llevas bien amarrado para que no se te escurra durante la travesía. Este modo de llevar el saco tiene el inconveniente de que está expuesto a rozaduras con ramas y arbustos espinosos. Cuando lo llevas en la parte inferior, también has de ser muy cuidadoso a la hora de apoyar la mochila en el suelo. Déjala sobre el espaldar y en lugares secos y no abrasivos.

Protege tu saco de las inclemencias del tiempo

Si te sorprende un chaparrón es importante que estés preparado para que no termines con un saco húmedo e inservible. Mételo en una bolsa grande de plástico o en una bolsa de basura. Lo mismo puede decirse de tu ropa y de cualquier parte de tu equipo que no deba mojarse. Yo lo haría incluso aunque tenga una funda antilluvia para la mochila, pues este tipo de fundas no protegerán al saco en caso de que se derrame algún líquido en el interior de tu mochila. 

Si guardas mal tu saco, perderá eficacia con el paso de los años

Nunca guardes el saco comprimido durante largos periodos de tiempo. Lo ideal es hacerlo fuera de su funda, ligeramente doblado, en un armario y sin nada encima que aplaste sus fibras

Cuando lo guardemos en su funda es mejor no doblarlo siempre de la misma forma para que las fibras no acusen el estrés continuado de esa posición y pierdan la capacidad de volver a su estado original, y por tanto su capacidad de retención de calor.

Lo mejor es meterlo en la funda empezando por la parte inferior e ir intruduciendolo poco a poco. De esta forma, las dobleces en las fibras se producirán de forma aleatoria y cada vez que lo guardes se localizarán en un lugar distinto, por lo que no se deformarán de manera permanente.

Dónde colocar la esterilla

Si tu mochila es lo bastante grande y no tiene acceso en la parte inferior, puedes meter la esterilla dentro y desarrollarla de forma que ocupe todo el espacio posible. A continuación guardarás el resto de las cosas en el espacio interior de la mochila. De esta forma, la esterilla contribuye a dar consistencia a tu mochila.

Otra posibilidad es sujetarla fuera con las cintas de compresión de la mochila. Como la esterilla es un elemento muy ligero que no va a desestabilizar el equilibrio de la mochila, puedes colocarla tanto arriba, como abajo o en cualquiera de los laterales.

Cómo llevar la tienda de campaña en la mochila

La tienda de campaña es la parte más pesada de tu equipo de montaña, así que es importante que vaya pegada a la espalda. Si tu mochila es lo suficientemente grande, puedes llevar la tienda de campaña en posición vertical y rodeada de otros elementos más ligeros que evitarán que se mueva.

En caso de que la tienda de campaña no quepa dentro de la mochila, puedes guardarla en cuatro piezas: el suelo con su mosquitera, la cubierta impermeable exterior, los palos o varillas y las piquetas. De este modo, puedes doblar por separado y guardar en la mochila los dos primeros bultos, la bolsa de las piquetas la puedes meter en un bolsillo de la mochila, y las varillas en su bolsa puedes amarrarlas en el exterior. Por ejemplo, dentro de un bolsillo lateral y sujetando lo que sobresale con una cinta de compresión.

Llevar la tienda de campaña en el exterior es menos apropiado, pero si no te queda más remedio tendrás que colocarla o en la parte inferior o en la parte superior. Es mejor llevarla en la parte inferior, ya que en la superior existe más riesgo de que te desequilibres si tienes que caminar por terrenos complicados. En ambos casos es necesario que tu mochila tenga unas buenas cintas de compresión.

No pongas la esterilla en un lateral y la tienda al otro porque desequilibrarás la mochila a pesar de que visualmente se vea bien.

Dónde se ponen los bastones en una mochila

La mayoría de las mochilas actuales disponen de sistemas de fijación de bastones en el exterior a ambos lados de la parte frontal. Estos suelen constar de un ojal de tela en la parte inferior y una cinta de goma en la superior. 

Para sujetar los bastones de forma correcta, introduciremos la empuñadura por el ojal más o menos hasta la mitad de aquella. A continuación giramos el bastón como si fuera las agujas de un reloj para que quede bien aprisionado. Tras esta operación, el bastón debe quedar apuntando hacia arriba. El último paso es sujetarlo con la cinta de goma y apretarlo bien.

Cómo colocar y ajustarse bien la mochila a la espalda

Para ajustar correctamente la mochila a tu espalda sigue los siguientes pasos.

  1. Afloja todas las correas y llena la mochila con tu equipo. A continuación póntela a la espalda.
  2. Abróchate el cinturón lumbar. Este debe quedar a la altura de tu cadera, justo sobre tus glúteos. Tira de las correas para apretarlas y que queden bien ajustadas a tu cuerpo. La mochila no debe moverse al caminar.
  3. Aprieta ahora los tirantes de los hombros para que la mochila quede bien ajustada a tu espalda pero sin que haga demasiada presión. Las mejores mochilas permiten ajustar la altura de los tirantes. Si los tirantes están muy bajos, reposará demasiado peso sobre tus hombros; si están muy altos, la mochila se balanceará hacia atrás. Es el momento de corregirlo.
  4. Si tu mochila tiene correa de pecho, ajustala y comprueba que resulta cómoda. Si es posible regularla en altura, hazlo si lo necesitas. 
  5. Si tu mochila tiene correas estabilizadoras, tira de ellas para ajustarlas. Estas correas se encuentran en la parte superior de los tirantes, detrás de los hombros.
  6. Ya tienes la mochila ajustada a tu espalda. Para terminar, quítatela y tensa todas las correas de compresión, asegúrate de llevar los bolsillos cerrados y bien sujeto todo el equipo que pueda ir en el exterior de la mochila.
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