La observación atenta de la naturaleza permite al naturalista llegar a conocer los rastros de los animales e identificar las especies de un hábitat determinado sin necesidad de verlas. Pero aparte de esto, también le permite reconocer los lugares de tránsito de los animales para tener más éxito a la hora de, por ejemplo colocar un escondite para fotografiarlos u observarlos.
Rastros de la alimentación de los animales
Cuando los animales comen pueden dejar marcas y restos que los caracterizan. Las ardillas, por ejemplo, roen las escamas de las piñas una a una para acceder a la semilla, y dejan la zona central totalmente pelada. Por su parte, el piquituerto dobla hacia atrás las escamas deformando la piña. Los zorzales, utilizan la misma piedra para romper las cáscaras de los caracoles antes de comérselos, por lo que se produce una acumulación de cáscaras.
Los alcaudones tienen “despensas” en las que clavan a sus presas antes de comérselas, suelen ser arbustos espinosos o alambres de espinos. Las nutrias también dejan restos de pescados en sus comederos, los halcones, restos de plumas. Los zorros suelen dejar restos de pelo, plumas y huesos en los lugares cercanos a su cubil. Los jabalíes levantan la tierra con sus hocicos en busca de gusanos y frutos.
Rastros del celo de los animales
El celo también puede dejar señales. En primavera, los conejos se enfrentan en violentas refriegas en las cuales se arrancan mechones de pelo que quedan desparramados en el campo de batalla. Los corzos dejan un surco de huellas alrededor de un árbol o un arbusto al perseguir el macho a la hembra describiendo círculos.
Rastros en las zonas de paso
La mayoría de los mamíferos de nuestras latitudes son nocturnos, pero es fácil identificar sus lugares de paso por los mechones de pelo que quedan prendidos en las alambradas. También es frecuente que muchas especies se muevan habitualmente por sendas que ellos mismos crean. Estos lugares de paso se pueden ver con facilidad en los setos del borde de los caminos humanos. Son como agujeros en la maleza.
Las deposiciones de los animales también dejan rastros
También podemos detectar su presencia por las heces. Algunas son muy fáciles de diferenciar. Las deposiciones de conejo tienen forma de canica y las dejan amontonadas en “letrinas”. Las de jabalí son muy parecidas a las de los cerdos. Las de los carnívoros que han ingerido huesos suelen ser de color blanco.
Egagrópilas de aves
La acumulación de egagrópilas de las aves también nos informa de la ubicación de sus posaderos favoritos.
Cuando buscar rastros de animales
Después de una nevada es un buen momento para encontrar huellas de animales que casi siempre serán fáciles de identificar. Si las seguimos podremos encontrar más rastros de ese animal al que podremos atribuirlos sin temor a equivocarnos, por ejemplo, heces o rascaderos.
El amanecer, es otro buen momento, pues los animales dejarán rastros de sus senderos de paso en el rocío de la mañana.
Otro tipo de rastro son las voces de los animales. Realizar grabaciones de las voces de las aves, mamíferos o anfibios es de gran ayuda para aprender a identificarlas. La primavera suele ser la mejor época para ello, pues con el celo la mayoría de los animales despliegan toda su retórica para ganarse a las hembras. En otros casos, como en el de los ciervos, el celo y la berrea se producen en otoño.